¡Hola amigos del Internet! ¿Cómo han estado?
¿Qué tal va su
semana?
¿Cómo les va en el aislamiento social?
En mi caso, apenas la semana pasada comencé con el
aislamiento pues en mi trabajo hasta el día viernes 20 estuvimos yendo. Sin embargo,
aunque ahora estoy haciendo home office la verdad es que no es nada fácil, y no
por el hecho de que no me pueda organizar (con eso me va bastante bien) sino
porque (tal vez no lo sabían) estoy dando clases en línea a niños desde primero
hasta sexto de primaria y el tratar con tantos padres y alumnos que piensan que
todo el santo día estoy pegada a mi computadora es algo difícil de manejar.
Es
por esto que la semana pasada no pude traerles una nueva entrada, pero como no
quiero perder al menos mi racha de 4 entradas por mes, aquí me tienen
nuevamente.
Ya estamos a nada de terminar Marzo y como saben en este mes
conmemoramos el Día
Internacional de la Mujer, por ello, quise hacer esta
entrada un poco diferente en donde les hablo un poco (y muy superficialmente) sobre el papel que la
mujer ha jugado en la literatura a lo largo de la historia.
La idea de esta entrada surgió porque hace poco me acordé de un libro que leí el año pasado que habla de la importancia que tuvo la mujer en el desarrollo de la literatura. El como la mujer paso de ser musa a lectora y de lectora a escritora.
Como no quiero hacerlo muy largo y (no tan) aburrido voy a
comenzar de una vez.
💜💜💜💜💜💜💜💜💜💜💜💜💜💜💜
Aunque hoy en día el acceso a literatura (tanto para
lectorxs como para escritorxs) se encuentra al alcance de cualquiera, no siempre
esto fue así y las mujeres lo sabemos mejor que nadie.
Antes, la literatura era un ámbito reservado exclusivamente
para los hombres intelectuales pues la sociedad patriarcal consideraba a las mujeres como
seres inferiores en todos los aspectos. Las mujeres no tenían derecho a la
educación y su papel se encontraba en el cuidado del hogar.
Sin embargo, hay algo que los hombres de ese tiempo (y tal
vez hasta la fecha todavía no lo reconozcan) no se dieron cuenta: las mujeres
estaban haciendo posible la evolución de la literatura.
La literatura es tan vieja como la historia misma de la
humanidad, desde las tiempos más remotos (en donde las civilizaciones de los
griegos y romanos estaban en auge) las mujeres han estado presentes en los
escritos, ya sea como la villana de la historia (brujas, sirenas, arpías,
mujeres que solo buscan embaucar a los pobrecitos de los hombres) o como la
damisela en apuros (siempre como el trofeo que el héroe obtiene al final de una
larga travesía).
¿Cómo es esto posible si ellas no sabían leer ni escribir y solo se dedicaban al hogar? Bueno, desde nuestro papel de seres frágiles y delicados, las mujeres fueron las musas de cientos de escritores (pintores, músicos, escultores, etc.), y sin estas musas hoy no existirían los libros que hoy en día son conocidos como los clásicos.
Ahora, continuando con esta especie de secuencia en el tiempo, no
fue sino hasta el siglo XVIII que comienza la fiebre lectora y la mujer
tiene un papel un poco más protagónico en la literatura (aunque
sigue estando en el papel de damisela que necesita ser salvada) pues surge el
género de la novela epistolar.
Y tal vez se preguntaran, ¿y esto que tiene que ver Nancy? Pues para que la novela epistolar surgiera la mujer tuvo un papel muy
importante; conforme las mujeres de cierto estatus social tuvieron acceso a la
lectura y escritura, la forma de cortejo cambio drásticamente. Ahora, los
enamorados intercambiaban cartas en donde se esforzaban en plasmar todo ese amor que se tenían mutuamente. Se podría decir que estos también fueron los
principios de la mujer como escritora.
Fue entonces que los escritores de la época se dieron cuenta de que
este era un buen mercado para sus libros, ya no solo escribirían poemas en
donde enaltecer las cualidades de los hombres o ensayos científicos a los que muy pocos tenían acceso (o que entendían); un nuevo mundo de posibilidades
se estaba abriendo gracias a las cartas de estos enamorados.
Y así, como estas cartas permitieron el surgimiento de la
novela epistolar, también se dio paso a la novela romántica de la cual el
público objetivo serían precisamente las mujeres.
Como ahora las mujeres también leían, se dio un auge en las
ventas de los libros. Pero ojo, que este acceso a la lectura también ánimo a
algunas mujeres a crear sus propias historias.
Se quitó a la lectura ese estigma de que solo era para los
estudiosos y se le dio un nuevo enfoque en la lectura de ocio.
Es así que surgieron figuras como Mary Wollstonecraft y Jane
Austen, mujeres que no solo buscaban escribir para entretener sino que plasmaban sus ideas feministas para liberar a la mujer.
Poco a poco las mujeres comienzan a apropiarse de la
literatura; buscan en los libros las aventuras que no pueden experimentar
mientras que los hombres se alejan de la lectura pues ahora es considerado un
hábito femenino (masculinidad frágil, ¿dónde?).
Hacia el siglo XIX es cuando comienza La Revolución
femenina; ya las mujeres no solo ven la literatura como una forma de
pasatiempo, ahora también buscan plasmar sus ideas en los libros y poner a las mujeres como protagonistas. Comienzan a
romper con los esquemas machistas de su época y alzan la voz. La mujer ya no
busca estabilidad en el hombre, tampoco su único fin es buscar el amor. La
mujer tiene libertad y no quiere perderla por nada. Además, vienen las novelas
eróticas a apoyar la liberación sexual de las mujeres.
Leer ya no solo es ocio, es un símbolo de rebeldía.
Gracias a la lucha de las mujeres a lo largo de los años es
que hoy en día podemos disfrutar de los libros pero también podemos escribirlos
sin escondernos detrás de un alias (a veces). Lo importante aquí es reconocer
esta lucha y saber que aún queda mucho por cambiar. Esto no es ni de cercas el
final de la lucha feminista.
Sé que en algunas partes mi texto este algo (muy) mocho o
incompleto, pero tampoco pretendía crear como tal una línea del tiempo o ensayo feminista, es más un escrito para mí. Para no olvidar el punto de partida, para
no olvidar lo privilegiada que soy y para no olvidar que mi lugar esta con mis
hermanas feministas.
Para leer un texto mucho mucho más completo sobre las
mujeres y los libros les recomiendo el libro “Mujeres y Libros: Una pasión con
consecuencias” del autor Stefan Bollmann (es el libro en el que me base para esta entrada).
Todo comienza hace 300 años. La fiebre de la lectura alcanza a las mujeres. Los hombres se burlan, después barruntan el desastre. ¿Desencadenarán revoluciones los libros? Jane Austen considera que leer novelas hace a la mujer independiente. Madame Bovary devora literatura banal y comete adulterio. Virginia Woolf imprime sus propios libros. Marilyn Monroe lee a Joyce y se deja fotografiar así. Y hoy en día la lectora toma por asalto el centro de poder de la literatura: el fenómeno de la fanficción da la vuelta al mundo.
Temperamental y con una sensibilidad extrema para vidas poco comunes, Stefan Bollmann narra en estas páginas la historia de la lectura femenina, su poder y su magia.
Mujeres y libros muestra como la lectura ha cambiado la vida de las mujeres y con ello toda la sociedad.
Temperamental y con una sensibilidad extrema para vidas poco comunes, Stefan Bollmann narra en estas páginas la historia de la lectura femenina, su poder y su magia.
Mujeres y libros muestra como la lectura ha cambiado la vida de las mujeres y con ello toda la sociedad.
Hasta aquí llega la entrada de hoy, espero que les haya
gustado.
¿Tienen algún libro feminista que me recomienden?
Muchas gracias por llegar hasta aquí y los leo en los
comentarios💜
Felices lecturas✨